Muchos son los cambios que ocurren durante el embarazo, más allá de los lógicos cambios en la silueta, durante el embarazo notarás diversas modificaciones en tu cuerpo y molestias. Aquí te enseñamos cúales son las más frecuentes y qué puedes hacer para sentirte mejor.
Acidez e indigestión
Las hormonas y la presión del creciente útero causan indigestión y acidez. Las hormonas del embarazo vuelven más lentos a los músculos del tracto digestivo. Por lo tanto, los alimentos tienden a moverse más lentamente y la digestión es lenta. Esto hace que muchas mujeres embarazadas se sientan hinchadas.
Las hormonas también distienden la válvula que separa el esófago del estómago. Esto permite que los alimentos y los ácidos regresen desde el estómago al esófago. Los alimentos y los ácidos provocan la sensación de ardor de la acidez. A medida que tu bebé crece, el útero empuja el estómago haciendo que la acidez sea más común en la última etapa del embarazo.
Medidas que pueden ayudar:
Comer entre 6 y 8 comidas pequeñas en lugar de 3 comidas grandes; comer despacio.
Beber líquidos entre las comidas, no con las comidas.
No comer comidas fritas ni grasosas.
Evitar frutas o jugos cítricos así como los alimentos muy condimentados.
No comer ni beber unas horas antes de acostarse.
No acostarse inmediatamente después de las comidas.
Consultar al médico si los síntomas no mejoran después de probar con estas sugerencias. Pregunta a tu médico acerca del uso de un antiácido.
Calambres en las piernas
En diferentes momentos durante el embarazo, puedes sentir espasmos musculares repentinos en las piernas o los pies. Por lo general ocurren por la noche. Esto se debe a un cambio en la forma en la que el cuerpo procesa el calcio.
Medidas que pueden ayudar:
Estirar suavemente los músculos.
Realizar un ejercicio leve.
Para los calambres repentinos, flexionar el pie hacia adelante.
Comer alimentos con alto contenido de calcio.
Consultar al médico acerca de los suplementos de calcio.
Cambios en las mamas
Las mamas de la mujer aumentan en tamaño y plenitud durante el embarazo. A medida que se aproxima la fecha de parto, los cambios hormonales harán que las mamas crezcan aun más para prepararse para la lactancia. Puede sentir las mamas, pesadas o sensibles.
En el tercer trimestre, algunas mujeres embarazadas empiezan a presentar filtraciones de calostro de las mamas. El calostro es la primera leche que producen las mamas para el bebé. Se trata de un líquido espeso y amarillento que contiene anticuerpos que protegen a los recién nacidos de las infecciones.
Medidas que pueden ayudar:
Usar un sostén de maternidad con buen soporte.
Colocar almohadillas en el sostén para absorber las pérdidas.
Dile a tu médico si sientes un bulto o si nota cambios en tu pezón o si presenta filtraciones de tu pezón (que no sea calostro), o cambios en la piel.
Estrías, cambios en la piel
Las estrías son líneas rojas, rosadas o marrones en la piel. La mayoría de las veces aparecen en los muslos, las nalgas, el abdomen y los senos. Estas cicatrices se producen por el estiramiento de la piel y suelen aparecer en la segunda mitad del embarazo.
Algunas mujeres notan otros cambios en la piel durante el embarazo. Para muchas mujeres, los pezones se oscurecen y adquieren un color marrón más oscuro durante el embarazo. Muchas mujeres embarazadas también desarrollan una línea oscura (llamada línea nigra) en la piel que va desde el ombligo hasta el inicio del vello púbico. También son comunes las zonas de piel más oscura, generalmente sobre las mejillas, la frente, la nariz o el labio superior. Las manchas a menudo son iguales en ambos lados de la cara. Estas manchas se denominan melasma o cloasma y son más comunes en las mujeres de piel más oscura.
Hemorroides y venas varicosas
Durante el embarazo aumenta mucho el volumen de sangre. Esto puede hacer que las venas se agranden. Además, la presión sobre las venas grandes detrás del útero hace que la sangre regrese al corazón de manera más lenta. Por estas razones, las venas varicosas en las piernas y las hemorroides son más comunes en el embarazo. Las hemorroides pueden causar picazón, dolor y sangrado. Hasta un 50% de las mujeres embarazadas desarrollan hemorroides. Además, el estreñimiento puede empeorar las hemorroides. Por lo general, las hemorroides mejoran después del parto.
Medidas que pueden ayudar:
Evitar las medias apretadas hasta la rodilla.
Sentarse con las piernas y los pies levantados.
Comer alimentos con alto contenido de fibra, como granos enteros, verduras de hojas verdes crudas o cocidas y frutas.
Tratar de no esforzarse con los movimientos intestinales.
Hablar con su médico acerca del uso de productos como el hamamelis para aliviar las hemorroides.
Náuseas matutinas
Durante el primer trimestre, los cambios hormonales pueden causar náuseas y vómitos. Esto se denomina “náuseas matutinas”, aunque pueden ocurrir en cualquier momento del día. Las náuseas matutinas por lo general disminuyen en el segundo trimestre.
Medidas que pueden ayudar:
Comer entre 6 y 8 comidas pequeñas en lugar de 3 comidas grandes para evitar tener el estómago vacío.
No acostarse después de las comidas.
Comer pan tostado seco, galletas saladas o cereales secos antes de levantarse de la cama en la mañana.
Comer alimentos blandos de bajos contenidos grasos y fáciles de digerir, como cereales, arroz y plátanos.
Beber agua, té suave o refrescos sin cafeína. O comer pedacitos de hielo.
Evitar los olores que le produzcan malestar estomacal.
Consulta a tu médico si presentas síntomas similares a los de la gripe, que pueden indicar una afección más grave; o si presentas náuseas y/o vómitos graves y constantes varias veces durante el día, todos los días.
Fatiga, problemas para dormir
Durante el embarazo quizás se sienta cansada, incluso después de haber dormido mucho. Muchas mujeres se sienten agotadas en el primer trimestre. ¡No se preocupe, es normal! Esta es la forma en que su cuerpo le dice que necesita más descanso. En el segundo trimestre, el cansancio suele ser reemplazado por una sensación de bienestar y energía. Pero en el tercer trimestre, muchas veces el agotamiento aparece de nuevo. A medida que su tamaño aumenta, puede resultar más difícil dormir. Los movimientos del bebé, las idas al baño y el aumento en el metabolismo del cuerpo pueden interrumpir o perturbar el sueño. Los calambres en las piernas también pueden interrumpir una buena noche de sueño.
Medidas que pueden ayudar:
Acostarse sobre tu lado izquierdo.
Usar almohadas como apoyo, detrás de la espalda, colocadas entre las rodillas y debajo de su barriga.
Poner en práctica buenos hábitos de sueño, como ir a la cama y levantarse todos los días a la misma hora y usar la cama solo para dormir y para tener sexo.
Ir a la cama un poco más temprano.
Dormir la siesta si no puede dormir lo suficiente por la noche.
Beber los líquidos necesarios más temprano en el día, así podrá beber menos durante las horas previas a acostarse.
Fuente: WomenHealth
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