El lupus es una enfermedad auto inmune que puede afectar varias partes del cuerpo, incluyendo la piel, articulaciones, corazón, pulmones, sangre, riñones y cerebro. El sistema inmune del cuerpo humano fabrica proteínas, denominadas anticuerpos, que protegen al cuerpo contra los virus, bacterias y otros invasores externos. Estos invasores externos se denominan antígenos.
Se estima que el 90% de las personas diagnosticadas con lupus son mujeres. El lupus ataca a las mujeres adultas 10 a 15 veces con mayor frecuencia que a los hombres adultos. El lupus afecta desproporcionadamente a las mujeres de color (tres veces más que a las mujeres caucásicas). El lupus tiene mayor prevalencia en afroamericanos, hispanos y asiáticos. Tanto los afroamericanos como los hispanos/latinos tienden a desarrollar lupus a una edad más joven, y presentan más síntomas al momento del diagnóstico (que incluyen problemas renales).
Si bien se desconoce la causa del lupus, los científicos sospechan que los individuos pueden tener una predisposición genética a padecer esta enfermedad. Pero sólo el 10% de las personas con lupus tienen un pariente cercano (padre, madre o hermanos) que tenga lupus.
En un trastorno auto inmune como el lupus, el sistema inmune no puede diferenciar entre sustancias externas y sus propias células y tejidos. Entonces, el sistema inmune produce anticuerpos que atacan el propio cuerpo. Esto genera inflamación, dolor y daño en varios órganos.
Se cree que factores ambientales tales como infecciones, antibióticos, luz ultravioleta, estrés extremo y ciertos medicamentos juegan un rol crítico en la aparición del lupus.
Algunos síntomas del lupus pueden ser pasajeros, tales como dolor articular y muscular, fatiga, una erupción causada o empeorada por la luz solar, fiebre baja, pérdida del cabello, dolor en el pecho al respirar profundamente, pérdida de apetito, llagas en la nariz o en la boca o sensibilidad dolorosa de los dedos en ambientes fríos.
La inflamación es considerada como la característica principal del lupus. La inflamación causa dolor, calor, enrojecimiento, sudor y pérdida de la función, dentro y/o fuera del cuerpo.
Para muchas personas, el lupus puede ser una enfermedad manejable con síntomas relativamente leves. Para otros, puede causar problemas graves y hasta poner la vida en peligro.
Algunas veces, las personas con lupus experimentan una “reaparición o brote”. Esto ocurre cuando algunos síntomas aparecen o empeoran por períodos breves y luego mejoran. Aun cuando tome medicamentos para el lupus, algunas veces sus síntomas pueden empeorar. Aprender a reconocer que está por producirse una reaparición/brote puede ayudarlo a tomar medidas para enfrentarlo. Muchas personas se sienten muy cansadas o tienen dolor, erupciones, fiebre, malestar estomacal, dolor de cabeza o mareos justo antes de la reaparición o brote de la enfermedad.
Con un buen cuidado, la mayoría de las mujeres con lupus puede tener bebés sanos, sin poner en peligro su propia salud.
Fuente: Couldihavelupus.gov
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